Apoplejía


Este término se refiere a una ruptura u obstrucción de una arteria cerebral, causando un derrame. Cuando Abigaíl reprendió a Nabal por haber éste insultado a David y las serias consecuencias de su acción, desmayo su corazón en él, y se quedo como una piedra. Y diez días después, Jehová hirió a Nabal y murió (1 Samuel 25:37-38). Estos síntomas sugieren que sufrió un ataque de apoplejía. Lo mismo puede haberle ocurrido a Uza, cuando toco el arca del pacto (2 Samuel 6:7), así como a Ananías y Safira (Hechos 5:5,9-10).

Una apoplejía es la muerte súbita e instantánea de células cerebrales tras una interrupción de la circulación de la sangre en el cerebro.

Las apoplejías isquémicas se producen normalmente cuando un coágulo de sangre obtura alguno de los vasos sanguíneos del cerebro, provocando un cese temporal o permanente del suministro de oxígeno al cerebro. Es la forma más común de apoplejía, ya que supone un 80% de los casos.

Las apoplejías hemorrágicas suponen el 20% restante y se producen por la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro, que provoca un derrame en el tejido cerebral y deja sin oxígeno a algunas zonas del cerebro. Dependiendo del área del cerebro afectada, una apoplejía puede provocar una parálisis en brazos, piernas y músculos faciales, debilidad, pérdida de visión y de habla, inconsciencia o incluso la muerte.