Ezequías estaba muy enfermo y el Señor le dijo que se preparara para morir (2 Reyes 20:1). El Señor le envió una enfermedad incurable a Joram, y después de dos años sus intestinos se le salieron (2 Crónicas 21:18-19). Los eruditos consideran que estos hombres pueden haber estado afectados de algún tipo de cáncer, aun cuando la disentería crónica también podría haber producido los síntomas que padecía Joram. Sin embargo, la Biblia no se refiere al cáncer con ese nombre, porque en los tiempos bíblicos esta enfermedad todavía no había sido identificada.
El cáncer es un conjunto de enfermedades en las cuales el organismo produce un exceso de células malignas (conocidas como cancerígenas o cancerosas), con crecimiento y división más allá de los límites normales, (invasión del tejido circundante y, a veces, metástasis). La metástasis es la propagación a distancia, por vía fundamentalmente linfática o sanguínea, de las células originarias del cáncer, y el crecimiento de nuevos tumores en los lugares de destino de dicha metástasis. Estas propiedades diferencian a los tumores malignos de los benignos, que son limitados y no invaden ni producen metástasis. Las células normales al sentir el contacto con las células vecinas inhiben la reproducción, pero las células malignas no tienen este freno. La mayoría de los cánceres forman tumores pero algunos no (como la leucemia).